Si una guerra ha hecho buena esa acomodada frase de los "ríos de tinta", es la segunda guerra mundial. Y de nuestra participación en la misma, por medio de la División Azul, dado el elevado nivel intelectual de buena parte de los guripas (se sabe que fue la unidad militar con más literatos dentro) no se queda corta en cuanto a documentos escritos por los propios contendientes.
Con este precedente poco puede sorprender este libro, Memorias de un soldado de la División Azul, de la mano de José María Blanch Sabench. Pero aun así, sorprende.
Sorprende por la completitud de la narración, aun tratándose de un texto breve. Sorprende por la calidad de las fotos y, sobre todo, sorprende que en estos tiempos que corren, la editorial tuviera la deferencia de donar unos cuantos ejemplares para que la Hermandad de la División Azul de Alicante los vendiera y pudiese así financiar en parte su boletín "Blau Division", que tantas veces hemos traído a colación aquí. Así, el consejo no puede ser otro: comprenlo. Primero intenten hacerlo a través de la HDA en Alicante, y, si no les quedan, a través de su librero de guardia.
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