
Efectivamente, es lo que pasa con el Ensayo biológico sobre Enrique IV de Castilla y su tiempo. Un libro que, a pesar de su durante años múltiple edición y reedición, hoy se tiene que buscar afanósamente entre toneladas de ácaros y polvo en librerías de viejo o rastrillos.
Y es una pena, porque contiene algunas de las mejores notas jamás compuestas en la historia de España. Como no podía ser de otra manera si el arreglista no es otro más que Marañón.
Imprescindible.
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