domingo, 21 de octubre de 2007

Hemos leido. "El silencio de los Rosales", de Gerardo Rosales


Un libro más sobre Lorca. ¿Uno más?... bueno, si, pero con matices.

Gerardo Rosales, hijo de aquel otro Gerardo Rosales, hermano de Antonio, Pepe -Pepiniqui-, Antonio, Miguel y el poeta Luis, y curiosamente Gerardo el único hermano no afiliado a Falange Española, escribe en El silencio de los Rosales una suerte de exculpación familiar, más parecido a un descargo de conciencia que a un ajuste de cuentas.

Desde un punto de vista muy peculiar, de joven que se rebeló en el 68 y que no parece muy arrepentido de aquello, como tantos otros, pero sin demonizar en exceso a la Falange y lo que ello significaba en aqueños duros años, ni por supuesto a sus tíos Pepinique ni Luis, los artífices de que Lorca se escondiera en su casa, el autor desvela algunos secretos familiares de aquellos días con forma de novela. Novela, pero tan ajustada a la realidad, que cuando algún pasaje es inventado, tiene la honradez de advertirlo.

Una obra extraña para un pintor (Gerardo Rosales, junto con Luis Torroba, forma el equipo RO-TO), pero sumamente interesante.

Deja clara una vez más la autoría del asesinato en la persona de Ruiz Alonso, exdiputado de la CEDA que trató de afiliarse a Falange y que esta le pagara ¡un sueldo de mil pesetas!, por el despecho hacia los Rosales, sobre todo por Pepiniqui que fue quien se negó a su afiliación y quien consultó sobre la misma al propio José Antonio, quien le dijo "dile que no al obrero amaestrado", nombre que puso a Ruiz Alonso.

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