martes, 24 de julio de 2007

Rescatado del anaquel. "Los años únicos", de Carmen Díaz Garrido



Es este libro, Los años únicos, una pequeña joya publicada por Prensa Española en 1973, una obra interesante por muchas razones.

La primera, por el interés de lo que cuenta: las andanzas de una niña en el Madrid de la guerra. O cómo se ve, con doce años, el terror rojo y el miedo a que los milicianos den un paseo demasiado largo a tus familiares... o a ti mismo(a). Una especie de diario de Ana Frank, pero con final feliz, vaya.

La segunda por constituir un documento histórico de primer orden: a pesar de que se cuenta como novela, la carga autobiográfica de la autora, periodista consumada, Carmen Díaz Garrido, es enorme.

Y la tercera la que nos lo trae esta semana especial aquí: se trata de un libro cuyo prólogo lo escribe el maestro Rafael García Serrano.

Estas páginas, difíciles, cuando no imposibles de encontrar, perdonenme los amos del calabozo intelectual, las reproducimos a continuación.

Disfrutenlas.

PRÓLOGO

Una novela que me impresionó en mi adolescencia se titulaba «Los que teníamos doce años» y su autor era un tal Ernesto Glaeser, al que supongo totalmente olvidado por todo el mundo menos por la especie de chiflados a que pertenezco. Estaba editada -¡cómo no!- por la Editorial Cenit, mucho mas eficaz que su sustituta, el Ruedo Ibérico, y con el particular gusto que siempre han sentido los editores y los distribuidores cinematográficos españoles por cambiar el titulo de la novela o la producción que les cae en mano; el título español, claro, no correspondía al alemán. Debo declarar, sin embargo, que en esta ocasión los tipos de la Cenit acertaron.
«Los que teníamos doce años» apareció al amparo de la novela del judío alemán Ernesto Maria Remarque cuyo apellido era otro, y si no alcanzó la misma difusión y fama no sé por qué seria. El uno describía el frente; el otro, la retaguardia. Los dos con el mismo ánimo desolado por el horror y la derrota, que se va viendo lúcidamente. En ambos casos siempre me he preguntado, desde el mismo momento en que entré en contacto con ellos, qué tipo de novela hubieran escrito Remarque y Glaeser de haber triunfado Alemania. Uno tiene perfecto derecho a plantearse esta cuestión.
La novela, mejor dicho, las memorias, que ahora tengo el honor de presentar, sin que mi infeliz padrinazgo no signifique otra cosa que una deferencia de la autora, María del Carmen Díaz Garrido, con uno de esa especie de «los viejos chalados con sus viejos cacharros», que es lo que teníamos a ser en la España de hoy la generación de 1936, tanto la que estuvo bajo la bandera le la revolución nacional como la que estuvo -sindicalista aparte- bajo los virreyes de Stalin.
La novela de Maria del Carmen Díaz Garrido comienza con estas palabras: «Me llamo Pilar aunque todos me llamen Pituca. Tengo doce años y voy a escribir un diario porque tengo muchísimas cosas que apuntar. Estamos en guerra. Y nosotros, dentro de una ciudad sitiada».
Esta ciudad es Madrid. María del Carmen Díaz Garrido hubiera podido titular su relato «Las que teníamos doce años», pero hubiese sido equivocado, porque una chiquilla de doce años en el Madrid rojo, aunque fuese roja, que no es el caso de la autora, tuvo que sufrir mucho más que aquellos zánganos de Glaeser, con la retaguardia alejada de los frentes y sin que su Patria sufriese, aparte del dolor apabullante de una guerra fuera de sus fronteras, más que ciertas restricciones alimenticias muy al final de la contienda.
Pero en el relato de Pituca, o Pilar, o María del Carmen Díaz Garrido, la guerra está no sólo en los frentes, sino en la retaguardia - y no sólo por el poderío que a esas alturas había alcanzado ya el arma aérea, o por la proximidad tenaz de las líneas de ataque a Madrid, sino porque está dentro de la misma ciudad, calle por calle, barrio por barrio, casa por casa, familia por familia.
Conozco perfectamente la gestación de este relato y sé que en él hay muchos sucesos recogidos del ambiente general, pero no deja de traslucirse, como es natural en una primera novela, una cantidad de autobiografía que cada lector puede valorar según su particular criterio.
Se ha escrito mucho sobre Madrid en la guerra Desde el «Diario» de Koltsov a las crónicas de Hemingway o Knoblaugh, tan distintas. La novela de Hemingway, e incluso su comedia «Quinta Columna», contribuyen mucho a esclarecer la preponderancia soviética en la capital de España. A vuela máquina me vienen los nombres, diversísimos en su significado político, de Ángel Ruiz Ayúcar, Clemente Cimorra, Jacinto Miquelarena, Clara Campoamor, Francisco Camba, Tomás Borras -con varios testimonios y novelas de verdadera excepción-, Edgar Neville, Aqustín de Foxá, Falcón, Barreiro, Max Aub, Barea -don Juan Tenorio Barea-, Ángel María de Lera, el propio Líster, siquiera sea un tanto lateralmente; igual que la Pasionaria, Javier Martín Artajo y un sinfín de testimonios escritos con urgencia en el mismo momento de la liberación. Gironella, Hidalgo de Cisneros, Enrique Castro, Jesús Hernández y la intemerata. Si consultase mi fichero saldrían autores a porrillo. Si consultase la fenomenal «Bibliografía de la Guerra de España», de Ricardo de la Cierva, iba a necesitar centenares de folios. Y no es cosa de abusar del pobre lector, que bastante sufre con aguantarse este prólogo si es que no tiene el buen gusto de saltárselo a la garrocha-, antes de entrar en las peripecias de una muchacha nacional de doce años de edad que vive todo el tiempo de la guerra en Madrid.
Podría ahora referirme a algunas agudísimas observaciones contenidas en este relato, observar cómo la inteligencia infantil y adolescente se afila ante el cerco de la desdicha, señalar incluso algún error cronológico, Que seguramente no lo es porque, naturalmente, Madrid no estaba en comunicación con Burgos por línea directa, y la censura roja era tan feroz que más de algún desdichado jefe, oficial o miliciano se adentró en pueblos ya liberados por las columnas del Sur -salud, hombres de Yagüe, de Asensio, de Barrón, Los tres mosqueteros, y de Varela- por creer en sus propios periódicos y radios.
Esta es la historia de una familia en su propia isla íntima en medio del «mar rojo», que hubiese dicho Fernández Flórez.
Es la historia de una familia con disensiones políticas, que pertenecen más a la observación de la autora en su contorno amistoso que a la pura realidad, pero que no deja por eso de ser absoluta, pura, inmaculada realidad.
El estilo es fresco, ingenuo y valeroso, porque el diario responde, de manera fiel, a los apuntes tomados entonces, sin retoque literario posterior. En todo ello radica la virtud testimonial creo que inédita en los muchos autores que han tocado el terna del Madrid rojo de las páginas que siguen, con sus desganas, sus ilusiones, sus alegrías, sus tristezas y los naturales fallos en materia militar que, seguramente, proceden de la fe en la victoria y de negarse a reconocer la menor iniciativa enemiga. Por ejemplo, no hay alusión ninguna a la batalla del Ebro.
En aquella chiquilla de doce años, que hoy es esposa feliz y madre de familia numerosa, se adivina una escritora. Ya lo es y Yo la animo a seguir antes de que se pierda, como muchos de nosotros, en el mar bravo, querido y agotador del periodismo.
Y ahora, amigo, si has llegado hasta aquí, pasa y lee.

Rafael GARCÍA SERRANO

5 comentarios:

Apunte y Crítica dijo...

Si existe la manera de hacerse con ese libro, espero poder conseguirlo, más que para su lectura, que me interesa, para regalarlo a alguien que parece llamado a protagonizarlo, siquiera sea en sueños.

29octubre dijo...

Creo que imagino a quien te refieres y coincido contigo, tuve el mismo pensamiento cuando lo redactaba.

Es un libro raro de encontrar, por antiguedad y baja tirada, pero de vez en cuando se deja ver en librerías de lance. Me pongo en alerta y empiezo a buscar.

Otra posibilidad es ponerte en contacto con los amigos de S.O.S. libros y pedirles que te pongan en lista de espera para cuando cacen uno de esos ejemplares.

Terremoto dijo...

Si alguien ha encontrado la manera de conseguir este libro por favor que me lo diga, ya la conocí y hoy formo parte de su familia, pero como ya no está con nosotros no he podido hacerme con ningún ejemplar, si pudierais ayudarme os estaría siempre agradecida. Besos

29octubre dijo...

Querida Terremoto: prueba
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c/ Romil 11 bajo
36202 Vigo (Pontevedra)
Teléfono: 639511206 / 986420459
libreriacoleccionistas@gmail.com
(tienen un ejemplar a 6 euros)

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Teléfono: 915735849
libreriaanticuariatoledo@hotmail.com
otro, por 7,21 euros

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otro, por 8 euros

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Apartado Correos, 6
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Teléfono: 918549179
libreria7soles@telefonica.net

otro por 9.

Te los pongo todos... proque nunca se sabe que libros se venden y cuando en las librerias de viejo.

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En

* Librería Praga
Gracia, 33
18002 Granada (Granada)
Teléfono: 958520101
info@libreriapraga.com

Tienen un ejmeplar que igual te interesará: "La historia de una familia", de la misma autora, por 4 euros.

Gracias por visitarnos.

teclis dijo...

yo soy familiar suyo y aunque por desgracia fallecio este año en mi familia se conservan muchos ejemplares