jueves, 12 de julio de 2007
Ahorre tiempo, no lea: Algo más que el 23-F, de Florentino Ruiz Platero y Javier Calderón Fernández
No hay libro malo, es cierto. Del peor de ellos, del escrito con más saña y odio, siempre se puede extraer alguna lectura positiva, un aprendizaje que nos ayude en el peroplo vital.
Pero bien es cierto que, de no ser por el respeto taumatúrgico que el negro sobre blanco nos impone, con alguno de ellos quisieramos hacer una pira como aquella con la que Cervantes degrada a Alonso Quijano.
Puede que a los progres, a los giliprogres, como gusta en llamarlos nuestro querido Eduardo García Serrano, esto les parezca una aberración. No nos importa, no somos políticamente correctos, simplemente somos libres.
Y con esa libertad, ademas de recomendar libros, des-recomendamos. ¿No hay gastrónomos que de-construyen?. Pues nosotros mandamos al anaquel más alejado aquellos libros que no debieron escribirse jamás, bien por su mala calidad, bien por su tendenciosidad contra los bienes permanentes.
Así, iniciamos esta sección. Así, cedemos el dudoso honor de iniciarlo a Algo más que el 23-F, un pestiño pergueñado por Florentino Ruiz Platero y Javier Calderón Fernández, dos personas que han degradado la honorable figura del militar noble que todos tenemos en la memoria.
Así, con un estilo más que dudoso y una estructura deficiente, se intenta dar respuesta a unas preguntas que ni el "friky" más casposo de la televisión podría haber planteado mejor: ¿fue una acción planificada o, por el contrario, improvisada? ¿Estuvo relacionada o se gestó independientemente del clima de «golpe de timón» existente desde la moción de censura contra Adolfo Suárez? ¿Hubo o no un «elefante blanco»? ¿Quiénes tomaron la decisión de atacar el Congreso y cuándo? ¿Qué papel jugó el periódico El Alcázar? ¿Cuál fue la implicación de Armada? ¿Y la actitud del Rey?.
Como este blog no tiene vocación de martir y no desea visitar por dentro los establecimientos penitenciarios del sistema, nos ahorraremos las respuestas que tenemos para algunas de esas preguntas. Pero lo que no podemos callar es este grito desgarrado, que surge desde lo más profundo, que surge desde el amor a España:
¡No pierdan el tiempo! ¡aprovechen y tomen una cerveza, salgan a pasear, oigan la radio -intercontinental, si es posible-, besen a su pareja, incluso lean El País! ¡Pero no pierdan el tiempo con esto!
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