De la izquierda sale César Alonso de los Ríos. Y una vez a distancia de ella, desentierra pasados que muchos quisieran ver sepultados.
Maestros de la izquierda como Laín Entralgo, López Aranguren, Tovar, Haro Tecglen... aparecen en todo su esplendor... azul.
Como ya en su día hizo con Tierno Galván, César Alonso de los Ríos remueve papeles, viejas entrevistas y expedientes para demostrar que algunas camisas estaban bordadas en azul ayer.
Un libro más que recomendable en estos días de memoria histérica. Por poner algún pero, cabe decir que se ha olvidado al gran patrón, Jesús de Polanco, viejo flecha. Y por ahondar más... podríamos permitirnos recomendar una segunda parte de Yo tenía un camarada: la dedicada a las familias de todos estos autodeclarados demócratas de toda la vida: Mª Teresa Fernández de la Vega, Bono, Belloch, Cebrián, Felipe González, Conde -Pumpido, Gallardón, Gabriel Cisneros, Aznar... o Zapatero, para terminar con la conclusión de que las familias que nos gobiernan no han cambiado demasiado.
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