domingo, 16 de diciembre de 2007

Hemos recibido: "Blau Division", número de diciembre de 2007

De bien nacidos es ser agradecidos. No sería necesaria más explicación para estas líneas, pero aun así, las daremos.

Estamos agradecidos a los redactores de Blau Division, en primer lugar, por mantener encendida una llama. Una llama que quisieran ahogar muchos bomberos aficionados, ante la mirada distraida de tantos otros.

Estamos agradecidos por conseguir con unos medios que si calificáramos de escasos estaríamos agrandándolos, elaborar unas páginas de altísima calidad e ineludibles para cualquier estudioso que se precie para recrear la historia de esa última gran epopeya española, la división azul.

Pero estamos especialmente agradecidos a Leandro Rodríguez por la referencia elogiosa que hace de nosotros en el número de diciembre. El equipo de Palabra y obra está henchido de orgullo.

Tan solo nos permitimos hacer una aclaración. Leandro Rodríguez parece sorprenderse de que leamos el Blau Division. Pues bien, no solo lo leemos y anotamos con esmero y cariño, sino que disponemos de la colección completa del boletín, completada bien por "herencia", bien por suscripción. Colección que es todo un tesoro, se vea por donde se vea.

Desde este humilde rincón de la red, nos permitimos volver a hacer una llamada a la suscripción. Todo aquel interesado debe hacerlo en las direcciones:

C/ Bazán, 20, 2º Local 51, 03001 - Alicante
o
Apartado de Correos 1.202 - 03005 - Alicante.

No podemos dejar pasar la ocasión de reseñar un excelente conjunto de poesías de Vicente Más Martínez que aparecen en este número. Nos tomamos la libertad de reproducir una de ellas, como muestra de la excelencia de esas páginas. Excelencia que invita a la suscripción a la misma. Excelencia en este caso poética, histórica y ... algo más.

A José Antonio Primo de Rivera
de Vicente Mas Martínez

Cual águila real te remontaste
libre del polvo que nos ata al suelo
y la ruta ideal que lleva al cielo
en acto de servicio señalaste

En alas de la fe que nos legaste
elevamos nuestra alma en raudo vuelo;
seguir en tu camino es nuestro anhelo.
Y la meta final el encontrarte.

¡Qué espinoso y difícil el sendero
para llegar al fin a tu Lucero!
más no asusta lo duro en la jornada.

Cinco flechas llevamos en el pecho,
cinco flechas que obligan al derecho
de podernos llamar tu camarada.

(Escrita en 1941)


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