Estamos ante un pequeño libro que cuenta pequeñas historias de un tiempo muy reducido cronológicamente. A pesar de eso, su interés es grande, y el olvido sobre él, mayor todavía.
Cuando a Franco se le programa una rehabilitación de su mano izquierda, La mano izquierda de Franco, a raíz del accidente de caza que tuvo en 1961, de forma totalmente accidental le adjudican uno de los dos turnos diarios a Ramón Soriano, un médico muy metido en su profesión y alejado de la política.
Pero al buen doctor le gusta hablar y. aun más, escuchar. Y no se si mentalmente o con un bloc, va tomando notas, consciente de que se encuentra ante historia viva de España.
Cuando Franco muere, quizá asqueado por tanta lanzada a moro muerto, le da forma, le añade unas cuantas fotos y Planeta lo lanza. El resultado es excelente.
Demasiado bueno como para que hoy se pueda encontrar fácilmente.
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