Traemos dos magníficos poemarios. Dos obras de alguien, Jesús de Castro, a quien quizá si llamamos amigo, provoquemos que se descargue sobre él la furia del innombrable, le persigan los inspectores, le acosen laboralmente, le impidan la publicación de nuevos poemarios, le pongan multas y le casen con Maria Teresa Fernández de la Vega, por lo que le ahorraremos ese trago aun a nuestro pesar.
No duden en darle un descanso a su alma con Cajón desastre y con Ecos en tierras baldías. Nos lo agradecerán.
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