Este si que es un libro digno de ser rescatado. Por dos razones fundamentalmente:
La primera, porque encontrar textos que, como
La cara humana de un caudillo, no
demonicen a Franco, no alanceen al moro muerto, como suele ser norma de estos valientes
memócratas, es francamente raro últimamente, y disculpen la redundancia.
Y la segunda, porque a su autor,
Rogelio Baon, recientemente fallecido (q.e.p.d.), diputado del
PP y,
agarrense, director de la cátedra "Memoria de la transición", de la Universidad Europea de Madrid (no se aclara si se trataba de la transición de un coche oficial a otro coche oficial, lamentamos no poder aportar el dato), quizá no le encajara en su nuevo perfil
demoniocrático esa apología de alguien condenado por su grupo parlamentario, en aras de
ungirse como políticamente correctos.
Lo malo, como siempre, es conseguirlo. Pero si tienen oportunidad... ¡no se lo pierdan!
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