Cuando aparece el nombre de José Antonio Girón de Velasco, la tormenta está próxima. Pero no por ataques de la izquierda marxista o la derecha liberal, que también, sino por las distintas facciones de falangistas hoy se disputan el cadáver exquisito de la doctrina de José Antonio Primo de Rivera.
Independientemente de esa guerra de banderías en la que, al menos de momento, y no por rehuir el combate, no nos queremos meter, leer sus textos, releerlos, siempre aporta vientos creativos, ideas o, como poco, sentimientos.
Este discurso, largo, recogido con un interesante anexo con la reglamentación de trabajo en Quince años de política social dirigida por Franco sirve al que fue durante más tiempo su ministro para hacer una larga declaración de logros obtenidos y de intenciones. La dignificación moral del trabajador, el seguro social, un seguro contra el paro, el mutualismo laboral, la defensa contra el capricho o injusticia, la política de salarios, la solidaridad entre los elementos de producción y tantas y tantas cuestiones de interés van apareciendo en las páginas de este texto.
Resultan de especial interés los epígrafes "nuestro concepto de la empresa"y "participación del trabajador en la dirección de la empresa", que irremisiblemente nos llevan a pensar en ese estupendo texto de Jorge Garrido que pronto comentaremos aquí, "El manifiesto sindicalista".
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