Seguro que todos hemos leído historias de soldados de la Segunda Guerra mundial. Dentro de la propia guerra, bien en el frente o en la retaguardia, bien como prisioneros.
De este segundo grupo, un número importante corresponde a aquellos prisioneros alemanes, italianos, españoles... prisioneros en el gulag soviético, atrapados como mano de obra esclava y con menos importancia para los rusos que las hojas de un roble en otoño. Suelen ser libros que, cuando más reales resultan, más truculentos llegan a ser.
Pues bien, este libro de Josef Martin Bauer cuenta una variante realmente impresionante: la fuga del invierno soviético, desde el punto donde el invierno es más presente: el cabo oriental de Siberia, casi a unos metros de Alaska.
Esta historia a veces ha sido tomada como una novela.. y no lo es. El protagonista, Clemens Forrell no existe... porque el verdadero protagonista no quiso salir del anonimato.
Durante los años que duró su fuga, hasta alcanzar la frontera con Irán, Forrell tuvo que convertirse en un bandido, perder parte de su humanidad. Olvidar quien era él en realidad. Por eso, cuando años más tarde, trabajando en la imprenta de la editorial Ehrenwirth, ya de vuelta en Alemania, surgió la idea de convertir su historia en un libro, no quiso desvelar su nombre. El hombre que un día fue Clemens Forrell murió en 1983.
El autor, Martin Bauer, periodista de casta, actuó tal y como lo hizo Torcuato Luca de Tena con el Capitán Palacios en Embajadores en el infierno. Si aquel libro les gustó, Tan lejos como los pies me lleven les abducirá en un mundo digno del mejor thriller. No podrán abandonar su lectura hasta no ver a salvo a Clemens Forrell
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