Estos chicos de Rey Lear son una mina. Libros, o libritos, como es el caso que nos ocupa, virtualmente desaparecidos no solo del mercado sino casi hasta de la vida, renacen de sus cenizas y tienen silla de primera línea en el ámbito cultural gracias a ellos.
En éste caso, con Diez minutos antes de la medianoche, el genio de Jardiel muestra toda su fuerza. Fuerza que terminaría explotando en un magnífico castillo de fuegos artificiales con su "Los ladrones somos gente honrada", evolución de éste breve que, ese sí, seguro que todos recuerdan (y si no es así, amigo, déjeme darle un consejo: no pare hasta conseguir una copia para leerlo y otra de la versión que se llevó al cine, para visualizarla. Su vida cambiará a mejor).
Comprenlo sin duda. Es un texto donde, además del humor, se respira vida: la vida de la inocencia que aparenta experiencia, y la de la experiencia que se deja timar como la inocencia más párvula.
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