Rector de cuando los rectores merecían el apelativo de magníficos, Miguel de Unamuno es uno más de esos vascos universales que hicieron grandes a España. Unos con la espada y otros, como este caso, con la pluma.
En Mi religión se recogen diversos escritos breves aparecidos entre 1904 y 1909 en periódicos y revistas. Aquí define su sentimiento religioso, lo que lo convierte en uno de los textos imprescindibles (y sin embargo que pasan más desapercibidos) del autor.
Unamuno nos habla de su visión de la religión como la búsqueda de la verdad en la vida y la vida en la verdad, consciente de que nunca lo hallará, lo que nos trae reminiscencias de la sentencia de San Pablo.
Completando el volumen, aparecen otros escritos no menos interesantes de contenido social, como "Política y cultura" o "La civilización es civismo".
Un texto que va contracorriente, que resulta extraño hoy. Por eso, quizá, lo recomendamos con ahinco. No resulta difícil de localizar.
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