
Si además es, como le ocurre a este Seis barbas de besugo y otros caprichos, un libro con una cuidada edición, y un texto maravilloso para acercar a Ramón a toda la familia, del pequeño al grande, la felicitación al editor de Media Vaca, a todas luces un ramoniano de pro (editan un par de libros al año, y ya llevan dos de Ramón), se impone.
Por sacar una pega, y que esto no quede en una simple lisonja, cabría hablar del exceso de ilustraciones, algunas de ellas traídas a contrapelo con el texto, que no despistan, pero si hacen más breve el disfrute al robar espacio en el caro papel a lo que los lectores estamos ansiosos de encontrar: los textos de Ramón. Eternos, inagotables a la hora de proporcionar goce y, si se me permiten, necesarios en todo aquel que quiera relajar su espíritu después de la dura batalla diaria.
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