Uno de nuestros nuevos enlaces es "Armas Tomar"[1] pequeña editorial de libros dedicados a todo cuanto tenga que ver con la historia, y especialmente con la historia militar, a través de varias vías: novelas, biografías, estudios históricos...
Esta casa nos ha tratado con una amabilidad exquisita, abriéndonos sus puertas, que son las cubiertas de sus libros, y tras franquearlas, hemos entrado en un reino de historia y de historias, de vidas que fueron como arados que surcaron países y océanos, de gente que no quiso morir sin dar al mundo cabal razón de su ejecutoria.
Es el caso del capitán Contreras. Don Alonso de Contreras (en realidad D. Alonso Guillén y Roa, pues en la milicia usó el segundo apellido de su madre) fue un soldado de Felipe III durante la primera mitad del siglo XVII, que, sin proponerse más hazañas que vivir como miembro de la "religión de hombres honrados" que dijera Cervantes, guerreó en cuatro continentes.
El manuscrito de su vida, en la Biblioteca Nacional, fue, como cuenta Ángel de la Iglesia (alma y corazón de "Armas Tomar") exhumado en 1900 por Serrano, y ha tenido varias ediciones desde entonces, siendo ésta, la última. Como nuestro amigo de la Iglesia nos cuenta, la persona se convirtió en personaje literario no sólo por su Discurso, sino por su conversión en compañero del ficticio capitán Alastriste, de Arturo Pérez Reverte. No sólo ha llamado la atención del novelista cartagenero Reverte, sino que ya en su momento, fue objeto de un ensayo por parte del mítico Ernst Jünger[2].
El Discurso del capitán Contreras resulta directo, sincero y vivo. Su prosa no es menos categórica y sencilla (castellana vieja, en suma) de la de un actual Delibes, pero además goza de la cercanía de quien narra su vida y, haciéndolo, nos cuenta la historia del siglo XVII con la espada y la pluma al mismo tiempo.
Recomendamos vivísimamente las obras de "Armas Tomar Ediciones", y en particular, como introducción en tan sabrosa fuente literaria, elegimos al capitán Contreras. Disfrútenlo, saboréenlo, gocen de su lectura.
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