¿Porqué entonces no lo recomendamos?.
Muy simple. Se trata de un libro que tira balones fueras, que se apunta a lo políticamente correcto y, afirmando lo contrario, parece renegar de la Iglesia de aquellos años. Citando a Irujo, pasmense... deja caer que "la república fue un sistema fascista".
En todo momento intentando hacer ver que la gratitud a Franco que le dio a la Iglesia no fue colaboracionismo, pasando de puntillas por unos años en que mientras la Falange supuestamente gobernaba, quienes mandaban no eran los nacionalsindicalistas, sino el nacionalcatolicismo.
Es doloroso ver como se tuerce la historia buscando una exculpación que nadie ha pedido. Excusatio non petita, accusatio manifesta.
De todo el libro, la mejor perla, la encontramos en la página 10. Se trata de una frase de Juan Pablo II:
(Los mártires españoles) no son héroes de una guerra humana en la que no participaron (...) afrontaron su trágico destino como auténtico testimonio de fe, dando con su martirio la última lección de su vida.A esto, solo podemos añadir, como el poeta latino Terencio
Soy humano y nada humano me es ajeno.
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