¿
Mentiras?. A raudales. Un texto despreciable. Absurdo y maniqueo.
Santiago Carrillo, Marqués de
Paracuellos, en este conjunto de mentiras titulado
Un joven del 36, por su hedionda pluma suelta un montón de porquerías, de las que sería difícil
categorizar y enumerar las más repugnantes o absurdas. Pero dado que nuestra recomendación es que ni se acerquen a éste libelo, sacaremos dos botones de muestra.
Uno, cuando en la página 45 nos cuenta como tuvo que esforzarse para que sus
acompañantes no ejecutaran en el acto a los detenidos (ya sabemos lo duro que fue su esfuerzo) y, otro, quizá más asqueroso si cabe,
cuando en el capítulo que empieza en la página 189, dedicado a la División Azul, cuenta cómo el enfrentamiento con esa "fracción del ejercito regular disfrazada como voluntarios" produjo dos deseos
contrapuestos: luchar contra ellos y, no hacerlos, al estar convencidos de que miles de ellos se apuntaron para poder pasarse en el combate.
Ya sabemos de donde han robado las mentiras los falsos
historiadores que colaboran con La Gaceta, ese periodicucho orgulloso de ser de derechas.
2 comentarios:
No hay más que ver los poquitos que se pasaron a los soviéticos.
Y menuda excusa se busca para justificar que no se acercó ni por equivocación por el frente. Carrillo lo tenía claro: retaguardia, retaguardia, mucha retaguardia.
Ahorro de tiempo y dinero.
Yo ya leí sus memorias y parecían escritas por su abuela.
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