martes, 8 de noviembre de 2011

Anaquel digital: "Nota para Madame Auclair", de Rafaél García Serrano

Pocos de nuestros lectores desconocerán esa obra cumbre en la literatura escrita para el bolsillo de la camisa azul, que es el Eugenio, de Rafael García Serrano.

Pues bien, lo que ya no es tan conocido es que ese Eugenio existía, y aunque basado principalmente en la figura de Eugenio Lostau (sobre quien otro día volveremos) era en realidad la mezcla de varios personajes, entre los que destacan, además del camarada Lostau, Alejandro Salazar y Eduardo Rodenas.

Fue Eduardo Rodenas un camarada de primera hora, muerto en la guerra fraticida, que marcó tanto al autor, que reservó su nombre para cumplir una promesa hecha antes de morir a su camarada: bautizar como Eduardo a un hijo suyo, el popular periodista Eduardo García Serrano.

Pocas veces, casi ninguna, Rafael habló de Eduardo en sus artículos. Aquí traemos uno, Nota para Madame Auclair donde, ente muchas otras cosas muy interesantes, aparece una referencia al mismo. Disfrútenla descargándola aquí.

3 comentarios:

Ramiro Semper dijo...

Qué tristes ironías del destino. El hijo de García Serrano que lleva el nombre de Eduardo en honor a un camarada ejemplar, ha salido derechista y palmero del PP.
Es como si el "Eugenio" heroico y revolucionario hubiese tenido un final "alternativo" en el que, en lugar de morir gloriosamente por la Revolución Nacional-Sindicalista hubiese acabado votando a Gil Robles.

29octubre dijo...

Bueno, Ramiro, ten en cuenta que lo que hace allí es ganarse sus garbanzos. Es como demonizar a un tipo que trabaja en una sucursal bancaria porque no la nacionaliza. Otra cosa sería si fuera el dueño, y no un mero empleado.

Eso si, hay veces en que vonvengo contigo en que se "pasa de fervor"

29octubre dijo...

Bueno, Ramiro, ten en cuenta que lo que hace allí es ganarse sus garbanzos. Es como demonizar a un tipo que trabaja en una sucursal bancaria porque no la nacionaliza. Otra cosa sería si fuera el dueño, y no un mero empleado.

Eso si, hay veces en que vonvengo contigo en que se "pasa de fervor"