Tomando (sin permiso, pero es que donde hay confianza da asco) de los foros de la División Azul Memoria Blau (¡Visita obligatoria! ¡Pinchad en el enlace!), traemos un par de poesías de Agatángelo Soler, divisionario y padre de nuestro querido amigo Luis.
Disfrutadlas.
ESE DESPERTAR DE IMPERIO
(Romance de la Falange
sobre el hielo)
“No parar hasta el descanso”
A mi madre.
Soldado español, silueta
que se recorta en el hielo,
pedazo de carne viva
de un Despertar de Imperio…
En duras jornadas, tristes,
de nostálgicos recuerdos,
tienes apetencias vanas
que pueden calmar deseos.
No tienes cartas de casa,
de tu novia o de los viejos,
y sufres con amargura
tu sufrimiento y el de ellos.
Con la sonrisa en los labios
y, aún, esperanza en el pecho
porque sufres por la gloria
de ese Despertar de Imperio.
En caminata inhumana
de interminable ajetreo
un día tras otro día
vas camino recorriendo,
con el sudor en la frente,
con la fatiga en el cuerpo,
con los pies ensangrentados,
rotos, hinchados, desechos,
porque el estertor agónico
de tu pecho sin aliento
traza épicas de historia
para un Despertar de Imperio.
En largas horas de escucha,
recostándose en el suelo
formado de blancas nieves,
a cuarenta bajo cero,
con el fusil en las manos,
tu corazón en tu pecho
tiene latidos de gloria,
tiene Despertar de Imperio.
En las horas de combate
entre la nieve y el fuego,
tu rancia solera hispana
sabe luchar con denuedo,
y siempre vencedor sales
en desiguales encuentros,
y sabes morir cantando
porque te espera un Lucero,
porque sientes en tu alma
todo un Despertar de Imperio.
Todo lo dejaste, todo,
para venir a este infierno.
Todo el calor del hogar
para dormir sobre el hielo.
Dejaste a la blanca novia
de ojos de color de cielo.
A tus padres que, orgullosos,
te siguen en sus desvelos.
Trocaste tu vida cómoda
por la de servicio. Celo
que de incomprensiones burdas
de ambiciones y logreros
no sufre mella ninguna,
porque, contra lo rastrero,
estás tú, inasequible
para el menor desaliento,
porque este es tu sacrificio
por un Despertar de Imperio.
Soldado español, silueta
que se recorta en el hielo,
pedazo de carne viva
en un Despertar de Imperio.
En la hora de caer
malherido, o ya muerto,
en tu tumba siberiana
tienes tu meta de anhelos,
tienes el botín de guerra
para tu cadáver yerto.
Porque es así la Falange,
porque siempre así va siendo,
porque tu paga mejor
es sólo el descanso eterno.
Por volver a José Antonio,
por ir a Matías Montero.
por irte con Ruiz de Alda,
con Salazar, con Onésimo…
Eso buscaste y tan sólo
te conformas hoy con esto,
porque sientes que te mata
ese Despertar de Impero.
ENVIO
Dulces novias españolas
de ojos de color de cielo,
de fino cabello rubio,
de trenzas de pelo negro.
Padres que os llenáis de canas
por el hijo que está lejos.
¡Ay viejas madres llorosas
llenas de crespones negros!
Madres del alma española
con reciedumbre de templos.
mujeres que allá, en la Patria,
sufrís, de angustia, desvelos.
Va a vosotros mi plegaria
para infundiros alientos,
para daros alegría
en la hora del desconsuelo.
Si caemos en la lucha,
si dormimos sobre el hielo,
si sufrimos desventuras,
somos heridos o enfermos,
o si, porque Dios lo quiere
nunca a España más volvemos,
¡no lloréis, madres de España!
mezclad los crespones negros
con el rojo de la sangre
de los hijos que cayeron
y como pregón de Gloria,
lanzadlo a los cuatro vientos,
gritadle a la Patria toda,
habladle así al mundo entero,
dad vergüenza a esa canalla
de ambiciosos y logreros,
que, Madres de falangistas
que estén vivos o hayan muerto,
con el dolor angustioso
que laceró vuestro cuerpo,
disteis a España Titanes,
disteis a luz un Lucero,
disteis cuerpos a la tierra,
y disteis almas al Cielo,
y sois Maters Dolorosas
que no lloran sin consuelo
porque el consuelo mayor
es Despertar de un Imperio
. (Romance de la Falange
sobre el hielo)
“No parar hasta el descanso”
A mi madre.
Soldado español, silueta
que se recorta en el hielo,
pedazo de carne viva
de un Despertar de Imperio…
En duras jornadas, tristes,
de nostálgicos recuerdos,
tienes apetencias vanas
que pueden calmar deseos.
No tienes cartas de casa,
de tu novia o de los viejos,
y sufres con amargura
tu sufrimiento y el de ellos.
Con la sonrisa en los labios
y, aún, esperanza en el pecho
porque sufres por la gloria
de ese Despertar de Imperio.
En caminata inhumana
de interminable ajetreo
un día tras otro día
vas camino recorriendo,
con el sudor en la frente,
con la fatiga en el cuerpo,
con los pies ensangrentados,
rotos, hinchados, desechos,
porque el estertor agónico
de tu pecho sin aliento
traza épicas de historia
para un Despertar de Imperio.
En largas horas de escucha,
recostándose en el suelo
formado de blancas nieves,
a cuarenta bajo cero,
con el fusil en las manos,
tu corazón en tu pecho
tiene latidos de gloria,
tiene Despertar de Imperio.
En las horas de combate
entre la nieve y el fuego,
tu rancia solera hispana
sabe luchar con denuedo,
y siempre vencedor sales
en desiguales encuentros,
y sabes morir cantando
porque te espera un Lucero,
porque sientes en tu alma
todo un Despertar de Imperio.
Todo lo dejaste, todo,
para venir a este infierno.
Todo el calor del hogar
para dormir sobre el hielo.
Dejaste a la blanca novia
de ojos de color de cielo.
A tus padres que, orgullosos,
te siguen en sus desvelos.
Trocaste tu vida cómoda
por la de servicio. Celo
que de incomprensiones burdas
de ambiciones y logreros
no sufre mella ninguna,
porque, contra lo rastrero,
estás tú, inasequible
para el menor desaliento,
porque este es tu sacrificio
por un Despertar de Imperio.
Soldado español, silueta
que se recorta en el hielo,
pedazo de carne viva
en un Despertar de Imperio.
En la hora de caer
malherido, o ya muerto,
en tu tumba siberiana
tienes tu meta de anhelos,
tienes el botín de guerra
para tu cadáver yerto.
Porque es así la Falange,
porque siempre así va siendo,
porque tu paga mejor
es sólo el descanso eterno.
Por volver a José Antonio,
por ir a Matías Montero.
por irte con Ruiz de Alda,
con Salazar, con Onésimo…
Eso buscaste y tan sólo
te conformas hoy con esto,
porque sientes que te mata
ese Despertar de Impero.
ENVIO
Dulces novias españolas
de ojos de color de cielo,
de fino cabello rubio,
de trenzas de pelo negro.
Padres que os llenáis de canas
por el hijo que está lejos.
¡Ay viejas madres llorosas
llenas de crespones negros!
Madres del alma española
con reciedumbre de templos.
mujeres que allá, en la Patria,
sufrís, de angustia, desvelos.
Va a vosotros mi plegaria
para infundiros alientos,
para daros alegría
en la hora del desconsuelo.
Si caemos en la lucha,
si dormimos sobre el hielo,
si sufrimos desventuras,
somos heridos o enfermos,
o si, porque Dios lo quiere
nunca a España más volvemos,
¡no lloréis, madres de España!
mezclad los crespones negros
con el rojo de la sangre
de los hijos que cayeron
y como pregón de Gloria,
lanzadlo a los cuatro vientos,
gritadle a la Patria toda,
habladle así al mundo entero,
dad vergüenza a esa canalla
de ambiciosos y logreros,
que, Madres de falangistas
que estén vivos o hayan muerto,
con el dolor angustioso
que laceró vuestro cuerpo,
disteis a España Titanes,
disteis a luz un Lucero,
disteis cuerpos a la tierra,
y disteis almas al Cielo,
y sois Maters Dolorosas
que no lloran sin consuelo
porque el consuelo mayor
es Despertar de un Imperio
Agatángelo Soler LLorca. Frente ruso, 21 de noviembre de 1941.
Nota: cuando me alisté en la División Azul temí decírselo a mi madre, enferma e impedida. Le dije: Mamá, no quisiera darte un disgusto pero me voy a combatir a Rusia. Mi madre me contestó: Hijo, el disgusto me lo darías si no fueras.
Luego en el frente asiático hice este romance dedicado a ella.
Fue publicado en alemán, rumano, croata y en otros idiomas de los combatientes contra el comunismo.
Ref.: Boletín Blau División.
http://memoriablau.foros.ws/
2 comentarios:
Magnífico romance. Nunca la espada embotó la pluma.
Si. Cualquier día, tendremos que traer aquí un perfin biográfico del gran Agatángelo Soler ¡Presente!
Publicar un comentario