Una novela histórica que no dejará indiferente a ningún admirador del mayor soldado de todos los tiempos, Julio César.
Motivados por este eje, y por el hecho de que la editorial fue la que publicó las primeras obras de nuestro querido y admirado Guillermo
Rocafort, nos hicimos con un ejemplar.
Si bien es cierto que sin el exceso de fantasía que la autora introduce la obra hubiera pasado de entretenida a grande, lo cierto es que se deja leer muy bien, con una salvedad.
Y es que
Las sandalias del César tiene, y disculpen el tópico, una característica que parece señalar a su autor como la mujer que es: demasiado sexo y poca sangre, algo que choca con lo que se espera en un texto de estas características pero que, con la excelente
construcción que le da
Concepción Marín, lejos de convertirse en pega, pasa inadvertido por la velocidad de la trama.
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