domingo, 21 de febrero de 2010

Hemos leído: "Eloísa está debajo de un almendro", de Enrique Jardiel Poncela

Genio. La palabra para definir a Jardiel, totem literario del siglo XX y alrededores, queda corta.

Porque Enrique Jardiel Poncela fue el creador del teatro del absurdo mucho antes de que Ionesco supiera escribir palotes. Pero Jardiel tuvo un grave pecado: no era rojo. Oh, maldición, que lo manden al infierno, y que nadie se acuerde de él.

Pero es muy difícil esconder el oro, siempre brilla. Y es lo que pasa con esta obra, llevada al cine muchas veces y representada de continuo, Eloísa está debajo de un almendro. Oro puro.

Dicen que es difícil leer teatro. Es difícil y hasta imposible leer mal teatro, pero esta obra se lee de un tirón y en un rato.

Para descansar de la agobiante realidad, de como nuestros políticos logran mandar a España al pudridero día si, día también, no es que pueden, sino que necesitan llevar en la maleta este libro (editado en un sin número de editoriales con múltiples ediciones) en su próximo viaje de ocio.

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