De acuerdo. El libro, en este caso, es una mera escusa.
Pero era necesario traer siquiera un texto tan aparentemente rebuscado como
Analogía de la problemática africana y europea para poder acordarse de
Fray Miguel Oltra.
Este
curita valenciano, además de ser un experto en temas africanos, tuvo un papel que no por poco conocido dejó de ser importantísimo.
Cuando acabó la
II guerra mundial, pocos daban algo por los miembros de la División Azul que purgaban pecados ajenos en los campos de concentración de
Stalin. El padre
Oltra se encargó de que nadie (ministros,
entiendase) se pudiese olvidar de ellos.
Sus visitas continuas a unos y otros, llevando cartas de familiares y cuanta documentación pudo recopilar sirvió para que no se cerraran todas las puertas, para que alguna quedara entornada.
Y por esa ranura, volvieron nuestros héroes.
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